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Según la RAE:  Educar. (Del lat. educare).

1. tr. Dirigir, encaminar, doctrinar.

2. tr. Desarrollar o perfeccionar las facultades intelectuales y morales del niño o del joven por medio de preceptos, ejercicios, ejemplos, etc. Educar la inteligencia, la voluntad.

3. tr. Enseñar los buenos usos de urbanidad y cortesía.

No es extraño para nadie las continuas quejas de los profesores por el comportamiento de sus alumnos, pero tampoco lo es la queja por parte de los alumnos ante la pasividad del profesor cuando se desencadenan actos violentos verbales y no verbales durante las lecciones (clases). Podríamos decir que se trata de una oleada mucho más severa en cuanto a violencia que en las décadas anteriores, pero la violencia siempre ha estado ahí. Muchas veces contenida porque no hay forma de poder expresarla sin hacer daño a terceros.

Se deben evaluar de cerca dos temas principalmente, a mi parecer:

– ¿Por qué no se profundiza más en lo que realmente ocurre en la vida de los niños/adolescentes lo cual muchas veces provocar su ira y rabia?

– Cuál es la labor del profesor ¿Enseñar o Educar? o ¿tal vez ambas?

En cuanto al primer tema que nos atañe, la situación real, la vida íntima de los niños/alumnos. Suele ocurrir el que un niño/a llegue a clase con una mirada perdida, borrosa, llena de angustia, y que nadie se digne a preguntarle qué sucede. Ya que, claro los profesores sólo tienen que enseñar matemáticas o lengua, pero si el niño está sufriendo malos tratos en su casa «¡lo siento mucho majo/a pero eso es pa ti solo!» Y en parte se puede entender ¿no? bastante problemas tiene uno en su vida como para tener en cuenta también los de las personitas a las que van a darles clase y encima aguantarlos. Pero entonces no seas profesor. Ser profesor conlleva una responsabilidad enorme, como la de un médico ante su paciente, tienes en tus manos las emociones, contribuir de forma positiva o negativa en su inteligencia emocional, el cómo reaccionará en un futuro ante situaciones parecidas, el impacto que supone en su vida.

Si se le niega apoyo sentirá que no puede acudir a los adultos, y se convertirá en un círculo cerrado del cuál no es imposible pero sí difícil salir. De hecho hay varios estudios realizados sobre el tema, como el que efectuó la revista Child sobre la relación entre la Inteligencia Emocional y el Éxito escolar, el cual concluyó lo siguiente: Los niños de familias en las que los padres discuten poco entre ellos son más queridos por sus compañeros de colegio, más aceptados y respetados por sus maestros, tienen menos problemas de comportamiento y aprenden con mayor facilidad.

En cuanto a la segunda pregunta que resalta en mi mente, hay quien es de la opinión de que se debe educar en casa, que son los padres/tutores los que han de encargarse de la completa educación del individuo/niño, y la escuela es un lugar donde se les ha de enseñar.

Cuando se habla de educar, generalmente, nos centramos en que «los deberes» estén acabados, que hablen de forma educada, pero y no es educar informarle del mundo multicultural en el que vivimos, y el cual se ha de respetar, qué pasa que si en casa son de una «ideología/creencia/religión» radical lo cual conlleva el rechazar a otras «etnias/razas/personas» eso ¿se ha de dejar así?. ¿Es justo que una persona crezca sólo teniendo una opinión de las cosas? Esos aspectos también son tareas de la escuela y por consecuente de sus Profesores/maestros.

Por tanto creo que en esos términos sí que se ha de Educar, porque el aprendizaje deber ir junto la información, cuando informamos lo cual conlleva mostrar puntos diversos de un mismo tema, crear una mayor objetividad y aumentar su comprensión del mundo para que puedan contrastar y crearse dudas, estamos desarrollando las herramientas necesarias para una educación/formación más completa; porque señores/as la Curiosidad es la Princesa de un Reinado llamado Conocimiento.

Además, las personas no somos imparciales, por ello cuando se enseña, sin pretenderlo, lo hacemos desde un punto de vista subjetivo, y los niños/adolescentes en la mayoría de los casos no son conscientes de ello.

Los docentes, profesores, maestros, como guste denominarlos, han de asumir que su rol no es sólo el de enseñar un arte o una ciencia, sino que han de tener nociones para ayudar a mejorar la inteligencia emocional de sus alumnos: empatía, expresión-comprensión de sentimientos, control del carácter, independencia/autonomía, persistencia, reflexión, creatividad, y sobre todas las cosas: RESPETO.

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