Cuando todo falla
Siéntate en el silencio
Cuando no encuentres fuerzas para practicar
Siéntate en el silencio
Cuando el dolor sea tan grande que creas romperte
Siéntate en el silencio
Cuando digas Basta
Siéntate en el silencio
Y sobre todo, cuando estás feliz y en calma
Siéntate en el silencio
Hallarás las respuestas que necesites
No las que quieras escuchar
Sólo las que te servirán
Y se hizo el Silencio
#palabrasdeNita
El otro día tenía mucha ansiedad, me recorría todo el cuerpo, palpitaciones discontinuas desde hace días, pensamientos en bucle, sensación de asfixia en el pecho…un malestar de simplemente ser.
Gracias al entreno diario y disciplina de haber cultivado la práctica cuando estoy “motivada”, cuando todo está bien, puedo volver a ella cuando no estoy tan bien, y entonces es como meterme un chute de morfina – bastante mejor porque no me atonta, pero para que me entiendas-. Entro en mí, en ese espacio de paz inquebrantable, que todos conocemos porque en algún momento lo hemos saboreado, pero a veces se obstaculiza el camino y nos cuesta llegar.
Una vez ahí, recuerdo quién soy, tomo contacto, me sereno. ¿Con qué me encuentro?
Ante el Vacío.
En occidente no estamos preparados para contemplar el vacío, arrojados a éste, a menudo, nos volvemos impotentes al no saber qué hacer ante la incertidumbre.
La ansiedad, depresión, neurosis, se disparan, emergiendo un malestar ya existente previamente.
Esta confianza implícita en las profundidades de la realidad, este sentido básico de pertenencia a la matriz de la vida, se ha disuelto en gran medida con el avance de la modernidad occidental, provocando un dolor existencial y una crisis de sentido. Habiendo sido considerado el ámbito sobrenatural como el único capaz de dar fundamento, sentido y finalidad a la vida humana, cuando éste cuestiona y se niega, el mundo pierde su sentido y dirección últimos, objetivamente ya no tiene esencia ni propósito. Así, el dolor ontológico tan característico del siglo XX, la convicción intelectual y la experiencia subjetiva de la existencia humana como absurda, superflua y sin sentido.
En los textos antiguos no escribieron sobre el estrés pero escribieron sobre Dukha – Del Sánscrito: sufrimiento- , estado de estancamiento que se manifiesta en múltiples niveles: mental, emocional o físico, una sensación de desconocimiento de la salida de algún tipo de patrón profundamente arraigado, es la semilla de todo sufrimiento; en Yoga lo llaman Kleshas, los venenos que nos impiden amar.
Por ello hemos de abrir las puertas a técnicas que se redescubren aunando lo antiguo con lo contemporáneo.
Preferimos la comodidad de darle a un botón, o el parche de tomar una pastilla. Apuntamos hacia fuera constantemente, porque existe un gran temor en pararse y escuchar atentamente todo este ruido mental que nos acompaña sin descanso. Precisamente eso que no queremos hacer, donde no queremos entrar, lo que resulta incómodo y doloroso, lo que requiere esfuerzo y tiempo es donde radica la posibilidad de Ser y comprenderse.
Hay un método muy antiguo de meditación denominado Vipassana ”ver las cosas tal como son” . Se concentra en la profunda interconexión entre mente y cuerpo, la cual puede ser experimentada de manera directa, por medio de la atención disciplinada dirigida a las sensaciones físicas que forman la vida del cuerpo, y que continuamente se interconectan con la vida de la mente y la condicionan. Es un viaje de autoexploración a las raíces comunes de cuerpo y mente, basado en la observación, uno de los métodos que disuelve la toxicidad mental, produciendo una mente equilibrada, llena de amor y compasión.
También tenemos prácticas como la respiración y el yoga, a parte de la meditación, son técnicas que nos ayudan a volver a casa. Por otro lado, el Shiatsu, el Asesoramiento filosófico y otro tipo de terapias aplicadas de forma ACTIVA son acompañantes muy útiles en el camino de básicamente Vivir más en paz y sufrir menos.
La presencia pura que se haya en ese VACÍO del que hablo no es ajena a ti, ni a nadie, realmente es nuestra experiencia fundamental, incluso cuando parecemos estar perdidas en las historias y las actividades de la vida. Es precisamente ahí donde hay que OBSERVAR. Esto requiere TIEMPO y paciencia.
Personalmente, en los momentos de mayor sufrimiento la práctica de asana, de meditación y de respiración han sido las más grandes aliadas. Han sido momentos en los que se desvanecía el sufrimiento y conseguía SER y estar con lo que hubiese.
De ahí nace mi insistencia en que te cultives cuando estés bien, que aprovechemos los momentos de vitalidad, de motivación, de inspiración para crear la disciplina, para lanzarnos al vacío con confianza para que cuando estemos en momentos delicados, la vida sea más fácil, liviana, ligera.
Mañana comenzamos con las clases online en directo, esto es nuevo y depende mucho de ti cómo evolucione. Cuánto más te comprometas, más te daremos; aunque del compromiso ya hablaremos en otra carta.
La intención desde Mi Templum es ofrecer una variedad de clases que unan la disciplina con la libertad de movimiento, un cuerpo feliz, es una mente en paz y un espíritu Libre.