Esto es un infierno.
Es el infierno que hay que convertir en cielo.
Cuando pensamos en el «infierno» nos imaginamos un lugar terrible, donde «vivir» dolería, sería todo un sufrimiento.
¿Por qué crear un concepto metafórico si el infierno realmente existe?
Sí, existe. ¿No lo conoces? ?De veras?
Conozco a personas que viven durante temporadas de su vida en él, otras que su vida literalmente es un infierno…algunas salen de él otras se condenan a sí mismas mientras están vivas.
Quiero hablar de injusticia, quiero gritar a los cuatro vientos lo que yo veo, quiero poner en evidencia a quién se lo merece; sí! ahora me convierto en jueza, en verdugo, en justiciera, en lo que me de la gana.
¿Quién se atrevió a decir que la vida es justa?
¿Qué la naturaleza lo equilibra todo?
¿Qué el «tiempo» todo lo pone en su sitio?
¿Qué el destino dicta las metas y finales de las personas?
La justicia es algo tan relativo..depende de la mente en la que la ubiques la percepción de ésta varía de forma abismal, desde la libertad a la muerte.
Por tanto, ¿Cómo pretendemos que la VIDA se oriente ella misma y equilibre nuestros actos?
La naturaleza forma parte de nuestro entorno, bastante castigado por cierto, aunque eso no es nada nuevo.
El tiempo no existe..así que dudo que ponga algo en su sitio…y ¿el destino?..está en el mismo grupo que las religiones, supersticiones o creencias basadas en NADA.
En conclusión, la vida no es justa y no esperes a que nada venga sólo, porque no lo hará, las casualidades no existen, en todo caso la causalidad.
A pesar de vivir en el infierno de forma injusta, se puede sonreír, se puede ser feliz, se puede crecer, porque afortunadamente sonreír sólo depende de uno mismo y de nadie más, pero todos tenemos un límite, en donde las sonrisas se acaban, la felicidad no tiene sentido, el crecimiento ni el conocimiento tienen cabida.
Por ello, antes de llegar al límite hay que crear el Cielo, tu propio cielo.
Mi cielo, al menos, será como yo desee, será lo que yo desee y en él SÓLO estará quién yo desee.
Determina Carl Jung, psicólogo y psiquiatra suizo y prosélito de Freud:
«Un hombre que no ha pasado a través del infierno de sus pasiones, no las ha superado nunca.» Entiéndase como hombre, persona. También expresa que el hombre recurre al símbolo para expresar conocimientos límites y situaciones límites en las que proyecta su subjetividad. Ese símbolo sería un significado tanto de lo empírico como de lo meta-empírico del objeto.
A merced de esta recopilación de manifestaciones filosóficas, quiero decir que lo realmente puro es lo objetivo, aunque siempre estará manchado en mayor o menor medida por nuestra visión subjetiva del mundo que nos rodea.
Por lo tanto, es nuestra elección si queremos vivir en un infierno o en un cielo, o bien ir saltando de uno a otro, vagando en uno y en otro al mismo tiempo… porque acaso no es el ser humano tan frágil y discordante como para necesitar moverse entre ambos? O es que cielo e infierno pertenecen a un mismo conjunto de extremos?
La respuesta es subjetiva y por lo tanto, no casual. No casual, porque la creamos nosotros mismos.
Una errante vagabunda, deseosa de un cielo póstumo de nuestro infierno.