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Destino: LANG TANG, parte de las montañas del Himalaya, al este el Everest imponente, lejano al oeste Annapurna.
Tiempo disponible: las guías y recomendaciones son de realizarlo en 6 días, nosotros nos proponemos realizar el recorrido en 4 días + 2 días para el viaje de ida y vuelta
Medio de transporte: Autobús, 9 horas para 117 Km (se supone)
Número de Personas: Vicky (Inglesa) + tres americanos + Guía + yo

De nuevo amanecemos antes que el sol pueda penetrar sus rayos entre la nublosa Kathmandú, las 4 de la mañana ya en pie.

Considerando la lentitud y parsimonia de los habitantes Nepalís, a pesar de haber llegado a la estación de autobús a las 5am, hasta las 7 am el autobús no enciende el motor para encaminarnos a nuestra particular aventura.

Langtang es un destino poco concurrido, ya que el tramo a realizar para llegar hasta la ruta de trekking/senderismo (alto nivel por cierto) es muy dura y tediosa. Por ello la elegimos, ya que no queríamos ir a los sitios típicos turísticos.

Después de 8 horas en el autobús, literalmente molidos porque no existe calzada para recorrer este camino, sólo hay piedras, hoyos, vamos una carretera maltrecha de un solo carril por el que tienen que pasar dos coches y si miras por la ventana ves que caerás al vacío en cada curva, el autobús se para y no puede avanzar, tenemos la buena suerte de encontrar un camión averiado y como explico no puede pasar nada por ninguno de sus lados ya que a uno se encuentra un barranco y al otro una montaña.
Estancados en la montaña pasamos cinco desesperantes horas, en medio de la nada, esperando a que reparen el camión que obstaculiza todas las direcciones.
Al principio nos empezamos a mentalizar de que probablemente pasemos la noche en el autobús, ya que nuestro destino está a 7 horas caminando y teniendo en cuenta que ya no hay sol, no es una buena idea, nuestro guía nos alienta diciendo que van a reparar el camión seguro antes o después.
Con los Nepalís nunca se sabe, quieren complacerte siempre acorde a su religión/ideología, por ello nunca sus palabras son ciertas, son un tal vez, un depende, aunque ellos pretendan asegurar y querer hacerte creer que todo saldrá como tú lo deseas.
Estamos agotados, el viaje hasta el momento ha sido demodelor con un vehículo tan viejo, atestado de gente, en el tejado, en los pasillos, por todas partes, con saltos constantes que casi te pegas con el techo si no estás atento a los baches.
Aún así intentamos tomarlo con humor y las carcajadas forman parte con nuestra frustración del ambiente del viaje.
Cuando retomamos la marcha, no lo creemos, vamos a llegar, tarde pero llegaremos, durante el camino tengo la mala suerte de que mi asiento de hierro se rompe y una aguja se me clava literalmente en mi culito, haciéndome una herida y pequeño agujero, del salto que dí me caí de bruces al pasillo lleno de maletas y cajas de comida, mientras un compañero me sostenía para que no me golpease más y poder ponerme en un asiento distinto, del dolor que tenía reía a carcajadas, llorar no hubiese tenido ningún sentido.

Primer día de trekking, todos preparados, cada uno con su “makuto” a la espalda, yo llevaba unos 10 kg (soportables pero muy duro). Comenzamos algo tarde debido a la lentitud para prepararnos el desayuno, en fin estamos acostumbrados.
Tras 3 horas de ascensión por senderos y escalando en algunas zonas, paramos a comer, el inicio está siendo tedioso, estamos subiendo de los 1600 a 2480 metros en una jornada, por supuesto todos estamos tomando pastillas para la altitud debido al alto riesgo de que ocurra cualquier dolencia.
Además que no es lo mismo hacer senderismo con una mochila ligera en la espalda y sin mucho desnivel, que esta situación, recordando que llevábamos 10 kg + saco de dormir a nuestra espalda.
Con palos de bambú nos hacemos bastones, aunque a mí el guía me da uno de los “buenos” =)
Las personas que realizan este tipo de rutas suelen llevar Sherpas (portadores) que les llevan la maleta, mientras ellos sólo llevan una pequeña mochila, nosotros como algunos otros turistas decidimos cargar con nuestro propio equipaje.
La comida para variar es DAL BAL (arroz con lentejas + dal una especie de salsa picante), la comida típica del país. Yo no puedo con ello, así que pido algo parecido a los noodles y me lo sirven con acelgas (mmm con lo que me gustan a mí, pero necesito energía así que todo para adentro).

El paisaje es precioso, el río cerca de nosotros con majestuosas rocas erosionadas por la fuerza del agua, un tanto otoñal debido a la cantidad de hojas marrones caídas en el suelo, mariposas de pintorescos colores revolotean alrededor.

Después de otras 4 duras horas ensimismada en mis pensamientos en vez de concentrarme en cuánto me duele la espalda o cuánto queda de camino, llegamos a la Tea House donde pasaremos la noche: Lama Hotel (con agua caliente y todo! Aunque la ducha esté algo lejos de las habitaciones y huela a todo menos algo agradable).
Obviamente, no hay cobertura, ni Internet, ni electricidad desde que comenzamos el viaje.
Una energética cena al lado de un fuego y unas escandalosas risas es la perfecta medicina para poder dormir como bebés y renovar las fuerzas para la siguiente jornada.

El segundo día llega, la ascensión está vez será de los 2480m a los 3900m, pasando por Langtang (2970m) donde la mayoría de los escaladores/senderistas pasan la siguiente noche, pero nosotros valientes espartanos nos arriesgamos hasta el siguiente nivel, el tiempo está en nuestra contra si queremos realizarlo en 4 días.
Las primeras horas son más agradables que el día anterior, a pesar de ir subiendo y escalando los caminos no son tan empinados ni acentuados. Al llegar la tarde la niebla nos invade dejando un escenario siniestro pero increíble, no nos vemos entre nosotros pero construcciones de piedras con pinturas se abren a nuestro paso, pequeños monasterios nos sorprenden junto a riachuelos, un Yak nos topamos de frente, es tan bonito, con su largo pelo grisaceo-blanquecino y sus grandes cuernos, imponente se aparta del camino y nos deja continuar.

Llegamos molidos a Kyanjin (3900m), directos a la cena y a la cama, el día siguiente será más largo aún si cabe.
Nos levantamos el tercer día a las 3.30 am para completar nuestro reto: 4770m.
Está nublado, el tiempo no nos acompaña, incluso así lo vamos a intentar. Sólo somos cuatro y el guía, uno de los americanos está convaleciente, sus rodillas están echas polvo.
Cuando llegamos a los 4100m Vicky se empieza a encontrar mal, peligroso, su cara se vuelve amoratada. Nuestro guía tiene que acompañarla y descender lo antes posible.
Los dos americanos y yo seguimos subiendo, la situación se pone complicada cada vez es más difícil distinguir las pisadas, la niebla se apodera de la montaña. Ya estamos a 4300m, no se ve nada!! Escuchamos a Kaji (guía) gritarnos desde lo lejos que volvamos. Comenzamos el descenso, una pena aún así lo hemos intentando, lo podríamos haber logrado no podemos luchar contra las adversidades atomosféricas.
Ya en la habitación mis manos empiezan a temblar y un hormigueo me recorre el cuerpo constantemente, mientras decido si escribir lo ocurrido o meterme en mi saco de dormir, es suficiente son las 6.00 am necesito descansar.

A las 7.00 am nos despiertan, tenemos que continuar la jornada descendiendo. Durante el largo camino de tres horas y media hasta la próxima parada donde decidimos comer, la conversación sobre religión sale a flote. Dos de los americanos son musulmanes, el otro protestante, Vicky se identifica más como agnóstica y ya conocéis mi postura de sobra, es decir, un cocktail de ideologías.
Uno de los chicos que es musulmán me pregunta qué creo que hay después de la muerte; sabiendo que soy Atea, evidentemente le digo que en Nada, lo cual le deja totalmente anonadado.
Tras varias discusiones, los americanos concluyen en que me respetan pero que estoy totalmente equivocada y que son felices por no pensar como yo lo hago.
Tratamos el tema de la evolución, nombramos a Darwin, y me dicen que hay una parte de sus teorías que creen, pero que por supuesto el hombre No viene del Mono, y que el Big Ban y demás es todo una patraña inventada y sin consistencia ninguna.

De veras que no me sorprende, después de lo investigado y leído, me había quedado patente que en USA en concreto hay un alto porcentaje de creyentes de distintas religiones, predominando los protestantes entre otros.

Kaji, nuestro guía, de vez en cuando también se incluye en la conversación, él es Budista, además es un hombre que viene de las montañas cercanas al Everest, muy curtido y fuerte, por ello su apellido es Sherpa.

Llegamos a Lama Hotel de nuevo, en nuestro tercer día, donde pasamos otra cálida noche dentro de nuestros sacos de dormir.

El cuarto y último día de trekking llega, (7 horas) el descenso final y de vuelta a casa pronto.
Estamos bastante doloridos todos, sobre todo las rodillas comienzan a resentirse de tanto esfuerzo en las bajadas. Cuando llegamos al final, nos salen sonrisas de felicidad y satisfacción. Nos duchamos y lo celebramos con unas cervezas EVEREST (no los musulmanes) y unas palomitas. Nos lo hemos ganado!!!

La vuelta es una odisea, el autobús queda encallado en una curva y con todo el barro y piedras es imposible moverlo de allí. Una escavadora vienen a nuestro rescate y tras horas de esfuerzo consiguen sacarnos de ahí.

En fin, historias de Nepal, momentos para recordar, paisajes para no olvidar, pensamientos y reflexiones que en mi mente se han grabado y no se marcharán.

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