Con esta certeza está apunto de terminar este año de acuerdo con el calendario judío, comenzando en septiembre el año 5774.
Puede que al cabo de un año o incluso unos meses ya no sea una certeza, ¿a quién le importa?
Esto es lo que yo creo ahora, mis pensamientos y principios, como en la ciencia , fluyen (refiriéndome al hecho de que no me cierro a nuevas ideas, opciones, descubrimientos, siendo consciente de que el cambio siempre es posible debido a hallar que estaba equivocada o me basaba en una sentencia falsa), hacia posturas que tienen el único objetivo de encontrar el estado de felicidad más estable y continúo.
Más de 365 días en la tierra del conflicto eterno, un conflicto real y otro más insignificante, más abstracto, el de convivir inmerso en una cultura distinta. Tras todo este tiempo en Israel todavía experimento situaciones que me sorprenden, me indignan, me enfadan o me hacen sonreír pero sobre todo de las que aprendo de una forma u otra.
De vivir en el sur en la línea de Gaza, me mudé a vivir al norte frontera con el Líbano, pensé ingenuamente que al haber estado calmada la zona durante algunos años disfrutaría de la tranquilidad de las bombas, pues justo hace tres días cuando unas amigas españolas estaban embarcando en el avión con destino a Tel aviv empezó un “pequeño” bombardeo.
Curioso fue que aún habiendo vivido la última operación, como los Israelís le llaman a la guerra que hubo en Octubre, todavía me asusté un poco y tras el sonido de la alarma que llegó tardía tras las primeras bombas me dirigí al Búnker (el dormitorio de la casa). De la único que me preocupé fue de que Panda (una perrita que adopté hace un mes porque sino la hubiesen sacrificado) viniese conmigo, pero cabezota como ella sola se sentó en la terraza a mirar al cielo sin inmutarse, pero la arrastré como pude, 40 kilos pesa la criatura, y finalmente cedió con caricias a acompañarme a la habitación.
Tras unos minutos sin alarmas ni sonidos estridentes puse las noticias para ver que nos contaban.
Por un lado es en hebreo así que no lo entiendo todo, y aunque haya gente alrededor que me ayude a comprender o traducir me frustra mucho no poder entender por mí misma a la perfección y poder construir un mejor juicio. Y Por otro lado no son objetivas, ya que provienen de un sólo lado.
Lo que saqué en conclusión del informativo fue que el Líbano había atacado, cosa no sorprendente para la población Israelí, pero que el país judío había contestado. Por supuesto, busqué más información, indagué, pregunté, etc., otra conjetura que es palpable y por qué no incluso viable es: Y si el propio estado de Israel crea esta noticia o provoca al contrario para que Israel viva en un constante estado de Alarma, para que la gente no deje de pensar que hoy puede ser el último día.
La forma de vida en Israel, ir corriendo a todos lados, la exigencia desproporcionada en todo el sector servicios (son los peores clientes del mundo), lo vulgares que pueden llegar a ser contrasta con lo amabilidad ilimitada que puedes encontrar, con la dulzura con la que se tratan entre sí, con la boca “caliente” pero a los dos segundos la risotada de corazón y sin resentimiento.
Con lo cotillas que son pero al mismo tiempo la capacidad de respetar y sentir interés por cualquier cultura o idea ajena a ellos.
Por ejemplo, en cuanto al Veganismo (dieta sin comida de procedencia animal) no he encontrado lugar que no sólo te respeten pero que intentan buscar lo adecuado para la situación, incluso cabe decir que mucha gente lo admira porque son conscientes de lo que conlleva esa ideología de vida.(VEGANISMO Vs. VIOLENCIA)
Por el contrario, y tengo que decirlo porque sino exploto, cuando he ido a España en estos dos últimos años la mayoría de la gente no había escuchado la palabra Vegano en su vida y además cuando lo explicas te miran como si fueras un alíen, te critican, e incluso no te respetan, sólo hay una palabra para ello: Ignorancia.
Los Israelís en general tienen un bagaje cultural amplio, y casi siempre puedes encontrar una conversación interesante a tu alrededor. Son curiosos, a veces demasiado. Escuchar un acento extranjero supone un sin fin de preguntas que harán sin tapujos y que yo, al menos, he aprendido a responder y utilizarlo como ventaja para mejorar el hebreo, o al contrario utilizando las mismas cuestiones cortar de forma tajante la conversación contestando con la misma cantidad y velocidad.
En definitiva, llevan una vida práctica aunque el trabajo duro, y su afición por protestar de forma continua no les impide disfrutar, compartir, saber dar y recibir. El estado inestable en el que se encuentra este pequeño país no deja muchas más opciones para poder tener una vida satisfactoria.
Los israelís, repito el término con el que lo acuñé ya otras veces, forman una Tribu particular y protectora, además la historia que llevan a sus espaldas ha concebido una identidad única.
Cuando te consideran uno de ellos, estás “salvado”.
Sin embargo, hay otros detalles a los que todavía no me acostumbro.
Entrar a una ducha pública de chicas y ser la única desnuda. El otro día en particular me ocurrió algo que podría definir como hermoso.
Os pongo en situación: en la zona en la que vivo en el norte hay muchas comunidades de árabes (tanto cristianos como musulmanes), judíos ortodoxos, y miembros de Kibutz, estos últimos por lo general proyectan un ambiente más libertado y socialista (de hecho esos fueron las bases principales bajo las que se creó el concepto Kibutz). Todos viven en armonía aunque para muchos sea increíble.
Entré a unas duchas interiores, públicas y exclusiva para mujeres al lado de la playa. No me sorprende ver a las mujeres tapadas en la playa, ¡no todas! Pero las que siguen fervientemente sus creencias se meten al agua con mangas largas y faldas hasta los tobillos, turbantes en el cabello en el caso de las judías, o cubriendo los ojos en el de las musulmanas.
Con toda naturalidad me desnudé y comencé a ducharme, cuando giré mi cabeza me percaté que ni en la ducha las mujeres desnudaban su cuerpo, y “joder” vaya incomodidad tener que frotarse por debajo de los ropajes, espero que en casa puedan disfrutar de tocar su cuerpo desnudo.
De todos modos, lo singular de la situación fueron las miradas. Sí, sus miradas curiosas, sin importar edad, raza o religión, no observaban el cuerpo desnudo como pasa comúnmente en otros países y otras culturas, con el fin de comparar y criticar, si tiene celulitis, o el pecho caído; al contrario lo que me transmitieron sus miradas fue curiosidad, fue inquietud, maravilladas por ver algo bonito, y no lo digo en términos sexuales sino estrictamente definición de lo bello y natural. Por un lado era divertido observarlas, por otro sentí tristeza de que sus creencias limitaran su libertad por saborear la vida.
Sentada en el tren escribo estas líneas y las ametralladoras a mi alrededor me siguen disgustando y asustando. De vez en cuando me enzarzo en alguna discusión con los jóvenes militares ya que les pido por favor que cambien el lugar donde han puesto su arma ya que no me es de ningún agrado tenerla apuntando a mi cabeza. Me da igual que esté con el seguro (obviamente así tiene que ser) pero no me siento cómoda ante esas monstruosidades. La mayoría responde de forma amable y cariñosa, pero los que se atreven con mirada retadora a decirme que No se arrepienten al cabo de unos minutos.
En cuanto al Hebreo, considerado un idioma difícil de aprender, sobre todo para los que nuestra lengua tiene un origen indoeuropeo.
Las coincidencias entre el español y el hebreo antiguo son escasas, sin embargo, con el hebreo moderno existen muchas más. Esto se debe a que el hebreo moderno ha adoptado numerosos préstamos del griego y el latín, lenguas origen del español.
A pesar de sus similitudes, sentarse ante unas líneas escritas en hebreo, que han de leerse de derecha a izquierda, que a primera vista parecen garabatos y que encima “no tienen” vocales, no suenan como las bases de algo fácil de aprender. De hecho a veces resulta de lo más frustrante, conocer cada letra del abecedario y ser incapaz de pronunciar bien una palabra, hasta que por supuesto la conoces o conoces su raíz, entonces ahí puedes tener suerte y dar con la pronunciación e interpretación correcta.
Aún así, sobre todas las cosas, el resultado es gratificante. Es un reto, y está claro que yo tengo debilidad por ellos.
No es que os anime a aprender hebreo, pero sí a no dejar de comprender y conocer el idioma del lugar dónde vives, ya que el idioma es una parte intrínseca de la cultura, y conocerlo consecuentemente arroja comprensión a esa sociedad en la que has decidido inmiscuirte.
Para terminar, sigo hablando de mí, y mis proyectos porque esto es un “Ego-post”.
Estoy sumergida en mi segundo libro, para los que creen en mí GRACIAS Mil, para los que no ¿para qué estás leyéndome?
Este segundo proyecto cambia radicalmente de género, con ¿La Injusticia de la Justicia? Experimenté con la literatura basada en hechos reales y siendo lo más fiel a la realidad posible.
En este nuevo libro me he atrevido con la fantasía y la realidad conjuntamente, uniéndolas, enlazándolas, jugando con los distintos mundos que la imaginación puede crear para tocar temas tan actuales y profundos como la depresión, el cáncer y el sentido de la vida.
El proyecto surgió gracias a una mujer galesa que ha creído en mí desde que me conoció y debido a su importancia en la historia, el libro está inicialmente escrito en inglés, por mí misma, otro reto más =); pero con la ventaja que yo misma espero traducirlo al español en cuanto esté acabado.
A veces siento como si el peso del mundo estuviese sobre mis hombros,
enfrentarme con la verdad que he encontrado no hace más fácil el camino.
No tengo ni la menor idea de cómo será el futuro, pero he llegado muy lejos como para volver ahora a la oscuridad.
En busca de la libertad, a pesar de que encontrarla pueda llevarse todo lo que tengo.
La conozco bien, es resbaladiza y le encanta esconderse en los rincones.
Las cadenas de este mundo parecen bien sujetas, pero cuántas veces “nada es lo que parece”. Intento caminar y tropiezo, vuelvo a intentarlo, está vez me levanto y cómo no, las poderosas dudas me acechan, ha de haber un ganador tras esta lucha. De lo único que no dudo es de que mis fibras fueron creadas para ganar.
Si ganar no fuera un reto, tedioso e irónico, tendría más sentido, pero al mismo tiempo si fuera fácil probablemente no arriesgaría y pararía antes en el camino…dejando de explorar nuevos horizontes.
La vida no es siempre amable, interpretarlo como un empuje hacia adelante siempre alienta.
Sé que pronto el sol me irradiará con su LUZ,mostrándome lo que he cultivado, y yo no voy a no creérmelo.
Siempre es hora de crecer y creer en mí misma.