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Hoy hilamos el mail de la semana anterior que puedes leer aquí si te lo perdiste: “eres un cuerpo, úsalo”. 
Antes de continuar te quiero contar una noticia por si aún no la has escuchado:
Hemos sacado clases Online en directo de movilidad, Ashtanga, meditación y restaurativas, a parte de las clases y cursos que ya tienes en la plataforma.
Si estás en la Membresía estás de suerte -(sino estás a tiempo de entrar aquí–  porque este mes las tienes incluidas en la misma Membresía como símbolo de agradecimiento!! Los próximos meses tendrán una tarifa reducida.
La carta de esta semana tiene que ver con estas clases en directo porque quiero ofreceros todo lo que esté a mi alcance para aprender a Escucharnos.  Y claro, comenzamos por el cuerpo,  por la respiración,  porque es la parte tangible y la más fácil, incluso con el obstáculo que se pueda encontrar una a veces de la pereza llamando a la puerta.
Es un enfoque obsoleto el de abordar la mente sin tener en cuenta el cuerpo. Es vital usar el malestar existencial y los síntomas del cuerpo como lo que son: Avisadores.
El tejido de tu mente está tejido por tu cuerpo.
Además, ser consciente de tu cuerpo y sus señales te brinda información útil sobre tus necesidades más profundas. Percatarte de las reacciones sutiles de tu cuerpo cuando te relacionas con los demás también te dice mucho sobre quién te hace bien y dónde no te conviene estar.
Volver a casa, a tu templo, te ayuda a sentirte conectado a tierra y te da una respuesta tranquilizadora de que estás viva, segura y básicamente bien.
En particular, experimentar tu cuerpo como un todo activa redes a los lados de tu cerebro. Estas redes laterales lo sacan de la planificación, la preocupación, la obsesión, la fantasía y el pensamiento auto-referencial: «yo, yo mismo y yo», que es impulsado por otra red neuronal en el medio del cerebro. En consecuencia, permanecer en tu cuerpo te atrae al momento presente, reduce el estrés, aumenta la atención plena y reduce el sentido del yo para ayudarlo a tomar la vida de manera menos personal.
Esto nos conduce al punto de partida: cuando uno habita el cuerpo, está en presencia, en la presencia todo cobra sentido, no hay que buscarlo, sencillamente lo hay.
Ahora, asegúrate que respiras profundamente, inhalando y exhalando por la nariz, haz tu exhalación más larga y profunda; en cuestión de segundos ya estás conectando con tu cuerpo.
Donde hallarás muchas respuestas que la mente jamás podrá darte.
Para evitar llegar al estado en el que nuestro cuerpo nos GRITA a través de dolor, lesiones, ansiedad, y otras patologías tenemos un recurso que ya conocemos: la práctica de yoga, mover el cuerpo con ejercicios de movilidad,  sentarnos a respirar, meditar y básicamente jugar con el cuerpo para escuchar sus  susurros.
Quizás esto es lo que necesitabas para dar el paso y comenzar ya mismo.
O quizas, simplemente es un recordatorio de que estás en el camino y lo estás haciendo muy bien.
Gracias por haber leído hasta aquí.

Nos vemos pronto!!!

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