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Partimos de la suposición y creencia extendida en occidente de que tener más cosas o más opciones nos hace más libres.

Hay muchos efectos psicológicos que vienen con tener demasiadas opciones o tener acceso a demasiadas cosas. No nos volvemos más libres, en realidad nos perdemos en la distracción, la envidia y FOMO y todas estas otras cosas.

El argumento que usa Mark Manson es que la verdadera libertad es la capacidad de elegir tus compromisos, de elegir esencialmente aquello a lo que renuncias. Y cuando constantemente te bombardean con más cosas, es difícil llevar a cabo esos compromisos.

Sin embargo, ¿cómo eliges tus compromisos?
Ahí reside la mayor dificultad. 

Aceptar que la libertad proviene de eliminar opciones, no de tener todas las posibles, creer que tu libertad se basa en todas esas aparentes opciones en el pensamiento oriental sería “Autoengaño”.

¿Qué vas a valorar por encima de todo? Esta pregunta te la puedes hacer varias veces.

¿Cómo aprendemos a limitarnos?
¿No creará rabia, frustración, más emociones negativas?

O al contrario, ¿podría darnos un marco de dónde están los verdaderos límites?

Es como estar a dieta de información, es decir, exponerte menos al bombardeo de información.

Es mucho mejor tener fuentes de información y conexión de gran calidad que una gran cantidad de fuentes mixtas.

Elegir activamente que vas a reducir lo que te llega, es como podar y cultivar el jardín para que las malas hierbas no crezcan.

En formato práctico esto sería, por ejemplo:
1. Tener una lista de las cosas que crees que realmente mejoran tu vida para que días como el Black Friday no te conviertan en un pollo sin cabeza que compra por ansiedad de consumo

2. Reducir tus listas en las rrss de las personas que tienen impacto en ti

  1. Eleva tus estándares respecto a quién sigues o lees, a quiénes escuchas, en quiénes confías.

Es algo sencillo pero no de fácil aplicación:
Menos es más.
Como diría Epicuro y San Agustín de Hipona – en formas distintas-:
No es más feliz quien más tiene sino quien menos necesita. 

Hay que elegir bien qué es lo que vas a “necesitar”.

Esto nos lleva a Mirarnos, como siempre, qué sorpresa 😉

Porque nuestras elecciones están basadas en nuestras creencias y valores.
¿Sabes realmente cuáles son los tuyos?
¿Reconoces tus patrones?

¿Crees posible cambiarlos?

Todo esto es muy incómodo.
Ese es el primer paso, ya lo decía Buda: La vida es sufrimiento.

Pues este paso también es. Es doloroso reconocer todo.

Ahí en la puerta del dolor comienza el camino.

El primer paso es esa toma de autoconsciencia, para poder limitarnos, desde la pregunta: ¿Qué es lo que no me está sirviendo?

¿qué me está robando la paz?

Seguro que te gustará leer este ejemplo para terminar, que Mark Manson contó: 

“Estoy teniendo un resurgimiento de preguntas sobre citas en mis charlas. Todos son problemas de falsa libertad. Es como, tuve citas con 10 tipos diferentes y ninguno de ellos fue a ninguna parte.

– ¿Cómo conozco a un buen chico? –

Estaba dando una charla en Washington y una mujer me preguntó esto. Probablemente tenía veintitantos años.

Dije, – ¿qué preferirías?
¿Salir con 20 chicos por los que no sientes nada o conocer a dos chicos con los que realmente conectas? –

Ella dijo: prefiero conocer a dos chicos con los que realmente conecte. 

Dije: está bien, comienza a limitarte. Corta el 80 por ciento de los chicos que normalmente te interesan. Cambia tus estándares. Hazlos basados ​​en valores.

Su respuesta fue como: Sí, pero eso es muy difícil y da miedo.

¡Exactamente! Es esa dificultad y ese miedo, eso es lo que hace que valga la pena.
Además, que la incomodidad siempre es una puerta que nos lleva a algún lugar nuevo de autoconocimiento.

Elevar tus estándares supone establecer mejor tus valores ➸ limitar tus elecciones

Porque si tus estándares son altos te aseguro que las posibilidades se reducen mucho.

Y ahí podrás sentir más libertad que nunca.

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