¿Puedes? Yo no
PENSAMIENTOS Y PENSAR, entendamos la diferencia para así poder cuidar la salud mental.
Los pensamientos no los controlamos, mientras que pensar sí está bajo nuestro dominio.
Pensar es un verbo, es una acción. Es algo que pasa dentro de tu cabeza, pero también es algo que haces. Algo sobre lo que tú tienes el control.
Los pensamientos son como un teatro en la calle por la que estás caminando. El show está ahí, es inevitable que lo veas porque está ahí, aunque tú decides si te quedas de espectador o continúas tu camino.
Además, si alguien te grita por la calle, imagina que te dicen ¨¡qué ridículx eres!¨ eso es un pensamiento que no puedes eliminar.
Pero si paras, paralizas tu vida enfocándote y entablando una discusión con esa persona, ahí comienza la acción: Pensar.
Y empiezas:
¨¿Por qué me dices que soy ridícula?, yo no creo que vaya haciendo el ridículo, mira se me ocurren unas cuantas razones por las que no lo soy¨ y así comienza la máquina mental a girar.
Desde que escuché la palabra meditación hubo una asociación errónea de tengo que vaciar mi mente, tengo que dejar la mente en blanco. Lo cual me resultaba imposible. Y es que así es.
Es lo que aprendí, me enseñaron y yo entendí durante años. A través de explorar distintas formas de meditación, de experimentarla por mí misma, de realizar búsquedas, leer artículos, acudir a charlas, me di cuenta de que no se trataba de eso. Y qué alivio más grande! Porque sentía que era incapaz de meditar.
Finalmente he entendido lo siguiente que quiero compartir contigo.
Olvídate de vaciar la mente, deja ese concepto marchar.
Ahora, continuemos con la metáfora de estar en la calle y que alguien te grite ¨qué ridícula eres¨o cualquier otra cosa. En el momento en el que te paras a lidiar con ese pensamiento es cuando no sólo lo alimentas sino que decides que existe, lo cuál es cierto, hay una persona en la calle gritándote que no puedes borrar, pero sí puedes continuar caminando, continuar con tu vida.
Involucrarte es fácil, sobre todo si tienes baja autoestima digamos en este caso, que de pequeña te decían que eras fea, gorda, ridícula, que no valías para nada, quién va a quererte a ti ridícula.
Automáticamente, tu mente registra y repasa todas las experiencias que has tenido y recopila aquellas en las que te has sentido ridícula, sin sentido, sin cabida. Tal vez cuando algún ser querido te dijo ¨pero tú quién te crees que eres?¨, o en el colegio te apartaban porque tú eras ridículamente diferente.
Sobre todo cuando estamos sufriendo por nuestra salud mental, o tenemos algún desajuste, nos involucramos con la persona que nos grita. Le respondes. Te paras y le prestas atención.
Se convierte en el centro de tu vida en ese momento.
Tú no puedes controlar la persona de la calle, sino que lo que puedes hacer es controlar cómo respondes, cómo reaccionas. Estamos de acuerdo en que no puedes controlar todas las cosas que gritan en tu mente, todos tus pensamientos que pasan de uno a otro a la velocidad casi de la luz, o eso parece.
Con la práctica, pensar se convierte en una reacción reflexiva de un pensamiento.
Ahora puede parecer muy difícil separar entre pensamiento y pensar. Podría parecer que realmente no tienes opción cuando tu mente te lanza un pensamiento y la máquina de pensar sólo hace que darle vueltas, obsesionándote sobre ello y tratando de buscar una solución.
La situación la puedes transformar a que siendo consciente de que no puedes hacer parar a esa persona que te está gritando, no puedes hacer como si no existiese pero si puedes decir vale estás ahí, y aún así elijo seguir caminando. No te vas a parar a hablarlo, a discutirlo o a escucharlo. Ya que si te paras aunque sea a respirar a su lado, estás reaccionando a lo que te está diciendo, estás pensando. Tal vez incluso te grite más y más cosas. Lo estás básicamente alimentando.
Lo que quieres es seguir caminando. Seguir tu vida.
A menudo se cree que con la meditación vamos a hacer desaparecer a la persona que te grita en la calle. Mientras meditas puede que escuches los coches en la calle, gente hablando, tu respiración, sentir un dolor de tu cuerpo, pensamientos corriendo en tu mente. Puedes elegir enfocarte en lo que tú quieras.
Sin embargo, ser capaz y reconocer la diferencia entre pensar y pensamiento es una habilidad. Y como cualquier habilidad, se desarrolla con la práctica. Tomando consciencia de qué pensamientos aparecen cuando estás en eventos sociales, cuando estás sólo, cuando te sientes de determinada manera.
Esto te proporcionará libertad. Saber que pensar es la parte en la que integras los pensamientos y te involucras con ellos. Y que los pensamientos forman parte de ti, que están y estarán ahí. Que no hay necesidad de iniciar una lucha en contra de ellos, ni de que se hagan tus amigos. Simplemente están. Son. Y tú experimentas eso.
Me gustaría añadir que una vez entendemos la gran diferencia entre pensamiento y pensar pero que no siempre podemos parar la máquina de pensar, lo que también ocurre es que una vez viene el pensamiento directamente lo etiquetamos entre bueno y malo. Si la etiqueta es MALO parece más obvio decir estoy en esta rueda imparable e infinita que me lleva a ningún lado. En cambio, si se etiqueta como BUENO parece que no pasa nada y entonces comenzamos en la rueda a pedalear a darle a la máquina mental y pensar que como es bueno pues sigo pensando y dándole vueltas.
Por ejemplo, tienes una entrevista de trabajo, lo cual suponemos es bueno la vas a hacer porque quieres cambiar, o quieres algo distinto. Pero comienzas a obsesionarte con si estás suficientemente preparado, inseguridades abordan, revisas cientos de veces el CV, te aseguras que la dirección es la adecuada, intentas adelantarte a las preguntas que te harán, vamos a poner bajo control todo lo que puedas.
Eso también es PENSAR. Eso es tanto pararse ante la persona que te grita como lo otro, aunque no lo parezca. Obsesionarte con cualquier pensamiento es Pensar.
Y entonces date cuenta cuánta energía y tiempo estás depositando en algo que no lo necesita. Cuando hay otras cosas que sí lo necesitan y te van a traer paz. Paz en todos los niveles.
Meditar es por tanto una habilidad que trabajamos durante toda la vida, ya que tus pensamientos no van a descansar tu ejercicio ha de ser constante, y con la práctica será más fácil identificar y seguir caminando.
Es decir, viviendo.
Te deseo entonces una feliz Vida amigx.
Gracias, también lo entendí, meditar no es poner la mente en blanco,
En tus palabras: Meditar es una actividad que desarrollamos durante toda la vida, los pensamientos no van a descansar por lo que meditar debe ser un ejercicio constante.
Me encanto la idea de diferenciar el pensar del pensamiento.
Namasté!
Wow! Tengo poco que he comenzado por este camino de la meditación, del yoga, de mi «encuentro». Cabe agradecerle que bastantes cosas que comparte, al igual que este artículo me han servido bastante. <3
Creo que es uno de los mejores blog que eh visto gracias por compartirlo
Muy buen artículo muchas gracias Me gustaría agradecérle